miércoles, 11 de junio de 2014

Espiral


Regresé a casa en la madrugada, cayéndome de sueño. Al entrar, todo obscuro. Para no despertar a nadie avancé de puntillas y llegué a la escalera de caracol que conducía a mi cuarto. Apenas puse el pie en el primer escalón dudé de si ésa era mi casa o una casa idéntica a la mía. Y mientras subía temí que otro muchacho, igual a mí, estuviera durmiendo en mi cuarto y acaso soñándome en el acto mismo de subir por la escalera de caracol. Di la última vuelta, abrí la puerta y allí estaba él, o yo, todo iluminado de Luna, sentado en la cama, con los ojos bien abiertos. Nos quedamos un instante mirándonos de hito en hito. Nos sonreímos. Sentí que la sonrisa de él era la que también me pesaba en la boca: como en un espejo, uno de los dos era falaz. «¿Quién sueña con quién?», exclamó uno de nosotros, o quizá ambos simultáneamente. En ese momento oímos ruidos de pasos en la escalera de caracol: de un salto nos metimos uno en otro y así fundidos nos pusimos a soñar al que venía subiendo, que era yo otra vez.

Enrique Anderson Imbert

4 comentarios:

  1. Dicen que en una etapa del sueño, no siempre... pero a veces, el alma sale del cuerpo y se eleva, y puedes verte a ti mismo desde otra posición... incluso viajar en el tiempo, lo llaman viaje astral, ciertamente no lo he vivido nunca pero estaría guay poder hacerlo. Gracias por este micro.

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  2. Dicen que en una etapa del sueño, no siempre... pero a veces, el alma sale del cuerpo y se eleva, y puedes verte a ti mismo desde otra posición... incluso viajar en el tiempo, lo llaman viaje astral, ciertamente no lo he vivido nunca pero estaría guay poder hacerlo. Gracias por este micro.

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  3. A mi no me gustan los viajes astrales, y no tengo buenos recuerdos de ellos. Pero todos sabemos que a veces en sueños caemos y caemos y dicen que eso es el alma que quiere salir del cuerpo. Prefiero la interpretacion de watts, mucho vino :-)

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